domingo, 4 de enero de 2009

Memorias

Quiero olor a flores secas,
a calles mojadas por lluvias de otras noches,
a pan recién horneado, sacado de un horno de barro.

Vestidos guardados, en viejos roperos,

al lado de sombreros polvorientos,

donde inexplicablemente hay zapatos

muy bien lustrados.

Olores a aguas de colonias,

a jabones envueltos en papeles

con antigua publicidad,

donde sale una mujer con un paraguas abierto.

A peinetas sobre el peinador,

junto a cepillos de carey y suaves cerdas sobre el chifonier.

donde una bata verde con flores,

cuelga del perchero blanco,

junto a la banqueta que sostiene una palangana.

Unas manos con delicadas unas,

manos finas y bien tratadas,

que ante un vaso de agua y unos remedios

declaran que el día a comenzado,

las cuales yo miro de reojo,

y a hurtadillas por la puerta semi abierta.

Este ha sido un viaje a la memoria

en que al abrir este viejo cuaderno,

su flor envejecida, marchita y fragante aún,

me ha llevado a tan lejano tiempo pasado,

en que el aroma trajo, un nitido recuerdo.


1 comentario:

Ana María Fabio / Araunapeka dijo...

Los sentidos han sido puestos por Dios, él nos creo con capacidades increibles y maravillosas, gracias a ellos podemos trasladarnos en el tiempo y el espacio. Un olor?, un sabor?, una textura? uffffffffff genial.