lunes, 22 de diciembre de 2008


Todas juntas reunidas sobre sus sillas,
se miran, se palmotean, se dan la bienvenida.
Todas "enchuladas" con la última tenida,
no por ser presumidas, sino por estar en las vitrinas.
Se tocan suevecito, con golpecitos en la espalda,
y te dedican bendiciones de buena crianza,
se sientan y se paran, entonando sus voces disonantes
que se escuchan por la sala.
Hablará la más puntual, la que no se pierde nada,
de peinado alisado o de rubia permanente.
Todo será bonito, con cantitos incluidos,
ellas siempre tan dispuestas arreglando sus vestidos.
Nada sale de contexto, uno, dos, tres se cumple el reglamento,
fuera todo lo espontáneo, ¡está fuera de libreto!
sólo hablan dos, prohibido para el resto,
se cuidan de lo indebido, y fomentan el respeto.
Terminada la sesión, los besos del prospecto,
vuelven todas a sus casas,
ya cumplieron el decreto,
con sus carteritas bajo el brazo,
diran chao ahi nos vemos.
Con sus risas y sonrisas, y manito en alto
diran a la salida, otro día yo te llamo
pero lo mas seguro es que no sepas de ellas
hasta el próximo verano.
Todas juntas reunidas sobre sillas,
otra vez se miran, se palmotean
se dan la bienvenida.


Lentamente fui soltando tu mano,

la besé por última vez,

te miré para darme cuenta que dejaba,

bajé la mirada pues no queria ver más tus ojos en los mios.

Crucé valientemente con la desición en la mente,

tomé rumbo desconocido, me alejé al fin,

y solté las amarras de este puerto enmohecido.

Lentamente alcé mi mano en la deriba,

con la intención de decir Adios, y no pude, te hice señas,

como diciéndote que ya pronto regreso,

mordí los labios por tanta mentira,

tomé aliento, bajé los escalones y me hundí en la tierra lentamente

sumergiéndome como si me cubriera una ola.