
La Prueba de la Fe es como la prueba del oro en el crisol puesto en el fuego, pero hay una diferencia muy importante entre la prueba de ambas cosas. El oro aunque es uno de los metales más puros, no aumenta cuando está puesto en el fuego; pero la fe, cuando reciba la prueba en las aflicciones y contratiempos, "crece excesivamente."
Bowes
Hebreos 11:1:
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
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