Si a una mentira no se le hace caso, le pasa lo mismo que al pez que cae fuera del agua; pronto se mata a sí mismo brincando y golpeándose contra la tierra.
Contestar a una mentira es proporcionar material y ayudar para que tenga vida; pero si la ignoramos morirá en corto tiempo.
Las falsedades llevan en sí sus refutaciones.
Algunas mentiras tienen un olor que demuestra su podredumbre a cada persona honrada. Si es molestada por causa de ellas, el objeto de sus invenciones en parte ha sido cumplido; pero el poder soportarlas en silencio, ha refutado el objeto de ellas y ha dado una victoria parcial, y Dios en su cuidado para la persona, pronto le dará una libertad completa.
(Charles Spurgeon)
3 comentarios:
Ya no creo a las mentiras, y tampoco hago caso de ellas, busco la verdad y la verdad está en Jesús.
Interesante propuesta... Como Jesús mismo calló en sus últimos momentos antes de la cruz... Sabía que pronto se sabría la verdad.
Saludos
Peregrino, muy bueno tu argumento también, no lo había pensado, pero si, es así, Gracias por tu comentario, está bueno. Bendiciones
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