Vestidos guardados, en viejos roperos,
al lado de sombreros polvorientos,
donde inexplicablemente hay zapatos
muy bien lustrados.
Olores a aguas de colonias,
a jabones envueltos en papeles
con antigua publicidad,
donde sale una mujer con un paraguas abierto.
A peinetas sobre el peinador,
junto a cepillos de carey y suaves cerdas sobre el chifonier.
donde una bata verde con flores,
cuelga del perchero blanco,
junto a la banqueta que sostiene una palangana.
Unas manos con delicadas unas,
manos finas y bien tratadas,
que ante un vaso de agua y unos remedios
declaran que el día a comenzado,
las cuales yo miro de reojo,
y a hurtadillas por la puerta semi abierta.
Este ha sido un viaje a la memoria
en que al abrir este viejo cuaderno,
su flor envejecida, marchita y fragante aún,
me ha llevado a tan lejano tiempo pasado,
en que el aroma trajo, un nitido recuerdo.
1 comentario:
Los sentidos han sido puestos por Dios, él nos creo con capacidades increibles y maravillosas, gracias a ellos podemos trasladarnos en el tiempo y el espacio. Un olor?, un sabor?, una textura? uffffffffff genial.
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