Cita con Dios

Una cita con Dios

Dios, usted espera por todos nosotros,
Prepara todo para el momento del encuentro,
Su trono brilla, su rostro feliz nos espera
En sus manos nos trae regalos de gracia, de amor,
De salvación y de aliento.

Mas nosotros, alelados entramos uno a uno,
Pusilánimes cuerpos arrastrados en tradición,
Vamos a su encuentro ataviados de domingo,
Apenas un saludo, por el apuro de una canción
La marcada indiferencia en los rostros,
Delatan nuestra pobre condición.

Usted mi Dios, con su corazón latente,
Esperando la adoración de sus hijos,
Las bocas entonando las gracias,
Corazones humanos rebozando en regocijos
Usted nos espera mirando sentado en su trono.

Todas las sillas se van llenando
Con personas que aún no han despertado
Al significado de tener un Dios que es Santo.
Los bostezos, se suceden mientras hablas,
Dios, trayéndonos vida y nosotros dormitando,
Apenas escuchamos sus palabras,
Dios dice con alegría, ¡Gozaos!
Mientras muchos miran de reojo sus relojes,
El tiempo del almuerzo nos espera,
Y Dios no termina aún de hablar.

Las manos en los bolsillos no te dan la gloria Señor,
Tú esperas alabanzas y proclamaciones de júbilo
Y te damos aburridos cantos, que no llegan a tu altar.

¿Qué haremos Señor con esta rutinaria demostración de amor por ti?,
Este incienso apagado,
Estas ofrendas empobrecidas,
No hay reverencia ni asombro ante tu presencia,
Solamente esperamos dar este día por cumplido.

Ahí queda nuestro Amado,
Sentado en su trono de Gloria esperando
Que los adoradores lleguen a su encuentro
que sus hijos entiendan el significado,
de que un Dios Santo, Majestuoso, Poderoso Y Justo,
ha venido hasta el encuentro,
y que no le hemos visto, por no poder creerlo.

(Araunapeka)