
"Algunas veces siento como si Dios no me estuviera escuchando." Esas palabras, provenientes de una mujer que trató de mantenerse fuerte en su caminar con Dios mientras lidiaba con un esposo alcohólico, hacen eco del angustioso clamor de muchos creyentes. Durante 18 años, le pidió a Dios que cambiara. Sin embargo, esto nunca sucedió.
¿Que hemos de pensar cuando repetidamente le pedimos a Dios algo bueno
__algo que facilmente lo glorificaría__ pero la respuesta no llega? ¿Está Él escuchando o no?
__algo que facilmente lo glorificaría__ pero la respuesta no llega? ¿Está Él escuchando o no?
Veamos la vida del Salvador. En el jardín de Getsemaní, él pasó horas de agonía en oración, vertiendo su corazón y rogando, "Que pase de mí esta copa" (Mateo 26:39). Pero la respuesta del Padre claramente fue "No." A fin de proveer salvación, Dios tenía que enviar a Jesús a morir en la cruz. Aún cuando Jesús sentía como que su Padre lo había abandonado, oró intensa y apasionadamente porque confiaba en que Dios estaba escuchando.
Cuando oramos, puede que no veamos como Dios está obrando o que no comprendamos como hará para que todo al final salga para bien. Así que tenemos que confiar en Él. Cedemos nuestros derechos y dejamos que Dios haga lo que es mejor.
Debemos dejar lo incognoscible a Aquel, que lo sabe todo. Él está escuchando y obrando para que todo salga a su manera.
Cuando doblamos nuestras rodillas para orar,
Dios inclina su oído para escuchar
(Tomado de Nuestro Pan Diario 2007)

Padre Nuestro, Amado Dios, estamos unidos orando ante usted, por la salud de nuestra amada Sammy. Padre tal como dice el artículo, confiamos en su voluntad, cedemos nuestros derechos, si tenemos alguno, para que usted haga en su vida y en la restauración de su salud. Nosotros esperamos en completa conformidad con su soberanía, sabiendo que su respuesta será la mas perfecta y sabia.
En el nombre de su Amado Hijo nuestro Señor y Salvador Jesús. Así sea.
Sammy, Te extraño Princesa.