No es fácil decir que se está cansada, porque siempre se espera y uno mismo también espera, poder rendir mucho más. Pero tengo que decir sinceramente que me siento cansada, que tengo un agotamiento interior que no me está dejando hacer muchas cosas que en mi ser están esperando. He estado en luchas en muchos aspectos, emocionales, físicas y espirituales, he dependido de Dios durante este tiempo y vaya que he dependido, pues, si así no fuera ya hubiese tirado la toalla hace ya algunos meses atrás. He tratado de seguir hacia adelante, buscando en mis convicciones, hurgando y pujando en mi fe, buscando a Dios en su palabra, y he tenido sustento, lo he tenido no hay duda de ello. Pero hoy estoy agotada, mi alma se siente un tanto seca, mi lengua se está pegando al paladar, mis huesos se están enfriando, y mi anhelo por Dios está ahí, mas mi ser está más distante este día. No hay dudas en mi, no tengo resentimientos hacia Dios, mi amor está ahí dispuesto, la palabra es mi guia. Entonces, ¿ por qué estoy así? Yo lo se, estoy así porque no tengo en este momento, ni durante algunos meses una congregación donde estar, porque no he participado con otros hermanos de la hermosa comunión, porque para eso está también la iglesia de Cristo, para compartir en unidad, en apoyo, en relación de paz y unidad. No, no estoy participando en una iglesia. Hubo un desencuentro, un quiebre, un día nublado para muchos que quedaron a la deriva, fuera de la embarcación. No me había percatado de cuan importante es que los hermanos estén unidos y en armonía como dice la palabra hasta ahora que he estado este tiempo fuera, reflexionando, dejando que Dios sane mis heridas, dejando que Dios pula mis puntas rebeldes, para dar paso a perdón, a amor fraternal, a cerrar capítulos que se hicieron dolorosos, porque el amor era mucho y el dolor fue mayor.
No me estoy quejando, tampoco apunto con dedo acusador a nadie, mas que solamente expresar a quien lea que Dios es lo mas valioso en nuestras vidas y que también lo es la relación que pueda existir entre los hermanos, entre los hijos de Dios, que se reunen no solamente para adorar y alabar al único y grande Dios, sino que también es el grupo que nos sostiene en oración, que nos anima, que nos provee de palabras que nos alientan, que están con uno en todo momento. Y eso es algo que solamente la iglesia, los santos de Dios están capacitados de dar. Ya el apóstol Pablo lo dijo en Efesios 4:1-3 "Por eso yo, prisionero en el Señor, os exhorto a que andéis como es digno del llamamiento con que fuisteis llamados: con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, Soportándoos los unos a los otros en amor; procurando con diligencia guardar la unidad del Espíritu en el Vínculo de la paz". He guardado muchas cosas durante este tiempo, y Dios me a dado consolación a través de la que he llamado su iglesia virtual, ustedes, más es necesario congregarse, asistir a la iglesia, vivir la comunión con los Santos, estrechar vínculos de armonía, sostener y dejar que nos sostengan, ser bendición y bendecir.
Por eso estoy cansada, pues no puedo luchar sola, se que Dios está conmigo, y con él soy más que vencedora, pero si Dios quisiera que siempre fuese solamente así, entonces él mismo daría el decreto que nos quedásemos solos en nuestras casas, esperando solo en él, pero eso no es así. A Dios le agrada ver sus hijos reunidos en alabanzas y adoración a Él, como también es su deseo vernos que somos canales de bendición los unos para los otros. Me a tomado meses, dejar que Dios limpié mis heridas, doblegue mi orgullo, me traiga hasta este momento de confesión, de que si, necesito a mis hermanos, porque sin ellos me siento sola y mi tristeza no se va. Debo volver a congregarme, debo dar ese paso, debo dejar que Dios me guié y seguir su llamado.
Les comparto un Salmo que leí este día, que me abrió a la posibilidad de compartir con ustedes lo que ya les he escrito. Con mi corazón apretado, esperando sus oraciones. Gracias.
Salmo 142
:1 Con mi voz clamaré a Jehová;
Con mi voz pediré a Jehová misericordia.
:2 Delante de él expondré mi queja;
Delante de él manifestaré mi angustia.
:3 Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí,
tú conociste mi senda.
En el camino en que andaba,
me escondieron lazo.
:4 Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer;
No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.
:5 Clamé a ti, oh Jehová;
Dije: Tú eres mi esperanza,Y mi porción en la tierra de los vivientes.
:6 Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido.
Líbrame de los que me persiguen,
porque son más fuertes que yo.
:7 Saca mi alma de la cárcel,
para que alabe tu nombre;
Me rodearán los justos,
Porque tú me serás propicio