viernes, 31 de diciembre de 2010

Qué haremos con la preocupacion??

Una buena memoria contribuye a un corazón confiado.

Así es como opera. Digamos que un motivo de preocupación se aparece en tu camino. El doctor decide que necesitas una operación porque ha detectado un absceso y considera que lo mejor es extirparlo. Allí estás tú, saliendo del consultorio. Te acaban de servir una copa de ansiedad, ¿qué vas a hacer con ella? Puedes depositarla en uno de dos recipientes.

Puedes vaciar esa mala noticia en la olla de la preocupación y sacar la cuchara, encender el fuego y revolver. Revolver y revolver, cocinar y cavilar, repasar y darle vueltas al asunto. En poco tiempo tendrás un potaje de pesimismo. Algunos de ustedes han estado alimentándose de este potaje por mucho tiempo. Tus amigos y familiares me han pedido que te informe que ese mejunje que te has empeñado en tomar te hace mucho daño.

¿Qué tal si pruebas algo diferente? El recipiente de la oración. Antes  que se cierre la puerta del consultorio, entrégale tu problema a Dios, "Señor, recibo tu señorío. Nada viene a mí sin haber pasado primero por ti". Además, puedes añadir una porción generosa de gratitud. Tal vez no pienses en un león o un oso, pero sí puedes recordar aquella ayuda económica tan oportuna, aquel consejo tan beneficioso y hasta aquel cupo inesperado en el vuelo colmado a casa. Una simple mirada al pasado puede infundir fuerzas para enfrentar el futuro.

La parte que te corresponde es la oración y la gratitud. ¿Cuál es la parte de Dios? La Paz y la protección.

(Tomado del libro "Un cafecito con Max, de Max Lucado)

Filipenses 4: 6-7

"Por nada estéis afanosos,
sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego,
con acción de gracias.
Y la paz de Dios,
que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.




Feliz Año 2011
En la confianza que nos ofrece Dios
Bendiciones
Ana María
Araunapeka

lunes, 27 de diciembre de 2010

ALELUYA!!!

(G. F. HAENDEL 1685-1759)


El compositor alemán Georg Friedrich Händel, quien luego cambió su nombre a George Frideric Haendel siendo ya súbdito británico.

Haendel estaba en la bancarrota cuando en 1741 un grupo de organizaciones de caridad de Dublín le encargó componer una obra musical. Era para un acto de beneficencia en el que se recaudarían fondos para liberar a hombres de la cárcel por deudas. Aceptó el encargo y se entregó sin desmayo a su composición.

En tan sólo 24 días, Haendel compuso la famosa obra maestra El Mesías, la cual contiene “El Coro del Aleluya”.

Durante ese tiempo, jamás salió de su casa y a menudo estuvo sin comer. En algún momento, un sirviente lo encontró gimiendo sobre las partituras que estaba elaborando. Al narrar su experiencia, Haendel escribió: “Si estaba en mi cuerpo o fuera de mi cuerpo cuando lo escribí, no lo sé. Dios lo sabe”. Posteriormente también dijo: “Creo que vi a todo el cielo delante de mí y al mismo gran Dios”.

Cada vez que lo escucho, “El Coro del Aleluya” conmueve mi alma, y estoy seguro que la tuya también. Pero asegurémonos de hacer más que tan sólo admirarnos ante dicha música magnífica. Abramos nuestros corazones con fe y adoración al Mesías prometido en el libro de Isaías (Isaías 9:1-7). Él ha venido a nosotros en la persona de Jesucristo para ser nuestro Salvador. “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro (V 6)

VCG Nuestro Pan Diario 2009

Job 19:25

"Yo sé que mí redentor vive"



Bendiciones

martes, 21 de diciembre de 2010

Esta Navidad, mantente alerta


(Pintura de Makoto Fujimura)


Navidad en Tokio


La nochebuena del 2003, el célebre pintor Makoto Fujimura se reunió con otros artistas para una fiesta en el Museo Sato en Tokio. Muchos habían donado sus obras para una exhibición de beneficiencia y recaudar fondos para los niños de Afganistán. Después de la cena, el Sr. Fujimura, un apasionado cristiano que vive en Nueva York, compartió algunas palabras acerca del verdadero significado de la Navidad y la oportunidad que ellos tenían como artistas de crear obras para ayudar a traer esperanza al mundo.

Al reflexionar en dicho evento, Fujimura escribió: “Esa noche en Tokio, estaba convencido de que Jesús se había invitado a Sí mismo para estar entre creadores de arte que puede que ni siquiera conozcan Su nombre. Sospecho que algunos de estos artistas ya han percibido Su presencia en sus estudios mientras trabajaban para crear paz por medio de sus pinturas. Todos los regalos de creatividad, como los de los reyes magos (la estrella), apuntan directamente a un establo en Belén”.

Pablo escribió que Dios está obrando entre personas de todas las naciones “para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos” (Hechos 17:27-28)

Debemos estar alertas a la presencia del Señor donde menos esperemos verle. Puede que Jesús se invite a Sí mismo a cualquier fiesta de Navidad. Después de todo, es Su cumpleaños. DCM (Nuestro pan diario 2009)



Hechos 17:23

“Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio”


Les deseo una Navidad muy Bendecida, llena de Paz y Amor
Les Abrazo con cariño

Ana María Fabio
Araunapeka

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Siluetas



En el siglo XVIII, las siluetas (sombras de perfiles delineados sobre papel negro y luego cortados) eran una alternativa popular a los costosos retratos. El término tomó su nombre del Director General de Finanzas francés, Étienne de Silhouette. Durante la guerra de los siete años contra Inglaterra, él trató de elevar las rentas públicas aumentando severamente los impuestos sobre los ricos. Víctimas de sus elevados impuestos, éstos se quejaban y usaban la palabra Silueta para referirse al hecho de que su riqueza se había reducido a una simple sombra de lo que alguna vez había sido.

Con la destrucción de Jerusalén, Jeremías se lamentaba de la sombra de lo que una vez había sido una gran ciudad y el centro de adoración, ahora devastado por la guerra. "No os conmueve a cuántos pasaís por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido" (Lamentaciones 1:12).
Pero Jeremías no permaneció en la desesperación. Reconoció la soberanía de Dios en el sufrimiento. Más adelante en este mismo libro de dolor, el profeta reflexionó: "Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron Sus misericordias. Nuevas son cada mañana" (Lamentaciones 3:21-23).

¿Alguna vez el dolor o sufrimiento han hecho que sientas tu vida como una oscura sombra de lo que fue alguna vez? Recuerda, las misericordias de Dios son nuevas cada mañana. Él sigue obrando de manera compasiva en tu vida para Su gloria y para tu bendición.  HDF


Para ver más allá de las sombras del mundo,
 mira a Cristo, la Luz.